XII

Una estrategia positiva para marcar límites a los niños, dirigir su atención y encauzar sus actos dentro de un proyecto es darles a elegir. A efectos de impedir desviaciones no deseadas o preocupaciones innecesarias respecto a un patrón de conducta que se considera normal, y para aumentar el control de la vida en la infancia, siempre es útil y efectivo, mucho más que las negativas, que puedan escoger entre algunas opciones. En lugar de que el día a día esté lleno de lágrimas, quejas y recriminaciones, se llena de opciones inacabables, lo más sencillas posibles, como maniobra de distracción para ganar tiempo. Puede tratarse de elegir la ropa que se van a poner o lo que quieren para comer, tanto da, lo importante es que la elección se proponga como forma de vida. El objetivo de este modelo electivo, de esta serie de opciones sucesivas, es establecer la sucesión como tiempo dominante, una cosa viene detrás de la otra, y reducir la potencia de actuar a la decisión voluntaria de escoger entre varias alternativas dadas. En el futuro inmediato espera el acto de la compra y la venta. La consecuencia más grave es la mutilación de la vida y el aplastamiento, desde el principio, del acto libre. La libertad nunca consiste en la libertad de opción, no se funda en el acto de escoger; la única liberación real es la libertad sin opciones, actuar sin opción, cuando no queda o no hay opción predeterminada, sin margen de maniobra. Sólo somos libres de no-escoger. La elevación de las estrategias de modificación de la conducta en la infancia, a práctica estándar en el orden social, genera cada vez más opciones, alternativas, aplicaciones y versiones de lo mismo en proporción directa a la falta de libertades. Cada opción, cada posibilidad, cada nuevo producto, es una coartada de control y coarta una acción, es un obstáculo para actuar, retrasa de forma indefinida las acciones, barrera invisible, en su mayor parte digital, imposible de sortear. Tener cada vez más posibilidades es una forma perversa y muy elaborada de hacer cada vez menos, de cansancio y hastío vital, guerra de desgaste a todos los niveles. No hay que escoger. Las elecciones siempre son una muestra de infantilismo.